«Carme y Carlota, madre e hija, enólogas y viticultoras, siguiendo un riguroso trabajo manual en la viña, elaboramos vinos con personalidad que muestran la esencia de la tierra»

VENDIMIA MANUAL
La recolección de la uva la realizamos de manera manual, cortando los racimos uno a uno y recogiéndolos en pequeñas cajas de 10kg con el objetivo de mantenerlos en el mejor estado posible hasta su llegada en bodega.
Esta técnica, nos permite hacer una primera selección en el viñedo, escogiendo sólo los mejores racimos de cada cepa.
MESA DE SELECCIÓN
Llegada la uva a la bodega, hacemos una primera maceración en frío en cámara frigorífica (2-4ºC) y aumentamos la dureza del grano.
A continuación, en la mesa de selección, se reparte la uva por vibración, donde un equipo de hasta 8 personas eliminan grano a grano las bayas sobre maduradas y todos los elementos no deseables para nuestros vinos.


CRIANZA EN ÁNFORAS
Transportándonos a los orígenes de elaboración, guarda y transporte de vino des de hace más de 3.000 años, el año 2013 recuperamos esta tradición para elaborar parte de nuestros vinos. Un envase que deja respirar el vino y lo mantiene fresco.
Ánforas de barro respetuosas con las propiedades organolépticas de las variedades, el terroir y el trabajo del viñedo. En su interior los vinos fermentan y hacen una crianza de 4 meses donde se concentran aromáticamente y ganan untuosidad en boca.
CRIANZA EN BARRICA
Después de una larga maceración y un prensado suave, los vinos pasan por gravedad a las barricas de roble francés, dentro de una sala subterránea y climatizada, donde harán la fermentación maloláctica, removeremos sus lías (bâtonnage) y esperaremos entre 16 – 18 meses a que se integren los diferentes matices que nos aporta la tierra, la viña y las maderas nobles.
